Primero hay que saber de dónde provienen los olores. Realizamos previamente un estudio de las instalaciones y desarrollamos un exhaustivo diagnóstico sobre las causas que provocan los malos olores.
Mediante este protocolo de actuación detectamos la composición química del olor, determinamos su origen y conocemos cómo se produce la dispersión del mismo.
La eliminación y neutralización de los olores se realiza mediante su eliminación molecular.
Dispersamos principios activos por el aire de la zona afectada para crear nuevas moléculas inodoras.
Son moléculas específicas para cada uno de los malos olores. Por semejantes que huelan, están formados por composiciones moleculares diferentes.
Conseguimos olores frescos y naturales, utilizando el poder de la naturaleza y la ciencia molecular para deshacernos de los olores orgánicos e inorgánicos. En lugar de enmascararlos, nuestras soluciones y productos van directamente a la fuente que los origina.